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Diciembre, mes del Adviento y de la Navidad, mes para renovarnos en la espera, para recordar que en nuestra historia, a pesar de sus incertidumbres, a pesar de las crisis, que abundan en torno nuestros, no estamos haciendo el peregrinar solos, el Emmanuél, el Dios-con nosotros, camina al lado nuestro, encabeza la marcha y al mismo tiempo nos sostiene en los tropiezos y venda nuestros pies cansados; Diciembre el tiempo de despedirnos de este tramo tan duro que nos ha correspondido recorrer en el 2020, y alzar la cabeza para saludar al 2021, consolados en la Esperanza… Pbro. Raúl Moris G.

El Signo de Juan

06 de diciembre 2020; Dgo. 2do de Adviento c. B.

Comienzo de la buena noticia de Jesús, Mesías, Hijo de Dios. Como está escrito en el libro del profeta Isaías: “Mira, yo envío a mi mensajero delante de ti para prepararte el camino: Una voz grita en el desierto: “Preparen el camino del Señor, allanen sus senderos”. Así se presentó Juan el Bautista en el desierto, proclamando un bautismo de conversión para el perdón de los pecados. Juan estaba vestido con una piel de camello y un cinturón de cuero, y se alimentaba con langostas y miel silvestre. (Mc 1, 1-8)

 

Testigos de la Alegría

13 de diciembre 2020; Dgo. 3ro de Adviento c. B

Apareció un hombre enviado por Dios, que se llamaba Juan. Vino como testigo, para dar testimonio de la luz, para que todos creyeran por medio de él. Él no era la luz, sino el testigo de la luz, éste es el testimonio que dio Juan, cuando los judíos enviaron sacerdotes y levitas desde Jerusalén para preguntarle: “¿Quién eres tú?” Él confesó y no lo ocultó, sino que dijo claramente: “Yo no soy el Mesías”. (Jn 1, 6-8. 19-28)

 

 

 

He aquí la Esclava del Señor

20 de diciembre 2020; Dgo. 4to de Adviento c.B

El ángel Gabriel fue enviado por Dios a una ciudad de Galilea, llamada Nazaret, a una virgen que estaba comprometida con un hombre perteneciente a la familia de David, llamado José. El nombre de la virgen era María. El ángel entró en su casa y la saludó, diciendo: «¡Alégrate!, llena de gracia, el Señor está contigo. (Lc 1, 26-36)

 

 

 

La Sagrada Familia de la Humanidad

27 de diciembre 2020; Solemn. de la Sagrada Familia. c. B

Vivía en Jerusalén un hombre llamado Simeón, que era justo y piadoso, y esperaba el consuelo de Israel. El Espíritu Santo estaba en él y le había revelado que no moriría antes de ver al Mesías del Señor. Conducido por el mismo Espíritu, fue al Templo, y cuando los padres de Jesús llevaron al niño para cumplir con él las prescripciones de la Ley, Simeón lo tomó en sus brazos y alabó a Dios, diciendo: «Ahora, Señor, puedes dejar que tu servidor muera en paz, como lo has prometido, porque mis ojos han visto la salvación que preparaste delante de todos los pueblos: luz para iluminar a las naciones y gloria de tu pueblo Israel». Su padre y su madre estaban admirados por lo que oían decir de él. (Lc 2, 22-40)

 

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