Sus inicios se remontan al año 1997, cuando un grupo de Cursillo de Cristiandad decide preparar un almuerzo para personas con problemas en su situación económica, se pide autorización al párroco de ese tiempo y es en el salón parroquial continuo al tempo en donde se realiza esta actividad, luego se comparte la experiencia en el Consejo Parroquial, quien decide continuar con los almuerzos para 30 personas una vez al mes, visitando familias para identificar cuáles eran sus mayores necesidades, llevando alimentos y ropa de acuerdo a sus integrantes.
En un principio estos alimentos eran preparados por un grupo de hermanos(as) de la comunidad, luego se organizaron turnos, donde cada grupo de la parroquia le correspondía preparar y proveer los alimentos para el almuerzo, esto se intensifico en los años siguientes con los temporales de invierno, donde ya no solo se debía preparar una vez al mes, si no todos los días y llevarlos directamente a las poblaciones con damnificados. Todo aun, se preparaba en la cocina del salón parroquial, dadas la necesidad de atender de mejor forma a los hermanos se decide construir en el terreno del frente el comedor, salas y velatorio.
Durante el año 2001 se inaugura el nuevo comedor con el nombre de San Antonio de Padua, por la gran devoción de la comunidad por este hermano patrono de los pobres. Se comienza a preparar los alimentos martes y jueves, con las donaciones que llegaban al Convento. Actualmente, las comunidades, colegios y particulares hacen llegar alimentos durante las misas y algunas personas se inscriben como socios del comedor, entregan su aporte en dinero y otros simplemente se acercan a la oficina parroquial para dejar su donación en dinero o alimentos, esta hermosa obra de Dios, solo se sustenta con la caridad de muchos hermanos. Los alimentos se siguen preparando por turnos, de acuerdo a un calendario entregado por el área social de la parroquia.
El comedor siempre ha sido abierto para quien lo necesite, personas en situación de calle, gente de paso, o familias y hermanos con dificultad económica, no se discrimina, ni pregunta nada, todos son bienvenidos sin cobrar nada a nadie.
Hoy por la pandemia, no podemos abrir el comedor como es habitual, pero cada martes se han estado entregando alrededor de 90 bolsas con alimentos y en algunos casos especiales, como es el caso de 15 familias que no puede salir, una vez al mes se les lleva una caja de víveres a su hogar.
Esperan que, a partir del 18 de agosto, si las condiciones sanitarias lo permiten, volver a cocinar y entregar los alimentos preparados para los hermanos.