Soledad Cornejo, corresponsal de la comunidad San Pablo, Mata de Boldo, Curanipe. En primer lugar nunca pensé, ni imagine que podría venir una pandemia, cambio mi estilo de vida y mi estilo de trabajo, he visto personas inseguras, inquietas, ansiosas y deprimidas y eso igual a veces afecta nuestros corazones al ver a un hermano que sufre y pasan por mal momento, vivimos un tiempo totalmente distinto al que vivíamos, a veces nuestras mentes pensamos en cómo vamos a pasar esta pandemia, tengo hijos chicos y solo pienso en que ellos, no se expongan los cuidamos y no queremos que ni se muevan de las casas.
Todos nacimos con un destino y solo Dios sabe. Me toca trabajar en el área Administrativa de Salud de Curanipe, y agradezco menormente a Dios por nunca perder mi fe en Dios, ya que no perdemos la esperanza y confianza en Él. Por ahora sólo tengo certeza de que hay que seguir en la oración y ser un poco más solidarios, sin duda que estamos todos asustados, pero si todos ponemos de nuestra parte, saldremos adelante. No podemos dejar de buscar a Dios incluso en estos momentos inciertos de pandemia. Nunca debemos perder la fe ya llegara el día que esto termine, cuando acudo a la oración de manera individual me lleno de tranquilidad y esperanza y sé que pronto esto pasara y nos reencontraremos con la familia, amigos, ya pronto todos estaremos juntos con el favor del más grande, mi Dios.