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Damos gracias a Dios por este pastor, padre y profeta, que Dios nos regaló

Queridos hermanos:

En el primer día de la semana en la cual el mundo celebra el triunfo de Cristo sobre la muerte y el pecado, antes del amanecer, el Resucitado llamó a su presencia a su amado vicario en la tierra, el papa Francisco.

El mundo entero se detuvo conmovido para recordar y llorar a este humilde hijo de la Iglesia latinoamericana, que guio la nave de Pedro por 12 años. Hemos sido testigos de un funeral y un entierro multitudinario, gozoso y esperanzado, con la asistencia de reyes, presidentes y gobernantes del mundo entero, junto a millones de fieles, que se congregaron para despedir al pastor que conquistó el corazón y el respeto de todo el mundo, incluso más allá de las fronteras de la Iglesia católica. 

Como un modesto homenaje a su persona les comparto algunas reflexiones que me parece sean útiles para nosotros aquí, en esta periferia del mundo.

 

Su historia personal  

Ante todo, el papa Bergoglio fue un discípulo de Jesús, el Señor. Toda su vida, desde su juventud, estuvo marcada por el encuentro con el Señor, con ese Dios que conquistó su corazón y lo llamó al sacerdocio como religioso de la compañía de Jesús. Ha sido muy hermoso ver en la televisión el confesionario de la Catedral de Buenos Aires donde el joven Mario recibe el llamado de Dios para ser sacerdote hace ya 70 años atrás.

Dios fue preparando su corazón de pastor en su tierra natal de Argentina, donde conoció de primera mano las periferias de la existencia humana. Los pobres, los excluidos, los marginados, eran parte de su vida cotidiana como joven estudiante y sacerdote. También vivió en Chile durante un año en su etapa de formación, experiencia que nunca olvidó. Con las responsabilidades que Dios le fue entregando a lo largo de su vida religiosa, como un joven Provincial de los Jesuitas, luego como obispo auxiliar de Buenos Aires y luego como Cardenal de esa arquidiócesis, supo del valor de la cercanía, de la ternura, de la misericordia, de la necesidad de la oración perseverante y profunda, del amor a la iglesia concreta, de las villas miserias, de las nuevas culturas emergentes, del dialogo con los jóvenes y los intelectuales.

En Aparecida fue el redactor principal del documento final. Allí pudo expresar esas intuiciones pastorales que luego amplificaría desde el pontificado. De carácter reservado en ese entonces, siempre fue un hombre de oración profunda y perseverante, de cercanía y respeto en el trato, de una vida austera y sencilla, de gran cultura y de una memoria prodigiosa.

 

10 expresiones que marcaron su pontificado 

Tal vez una buena manera de resumir su legado espiritual y pastoral sea el señalar 10 expresiones u opciones que a mi entender marcaron su pontificado y quedarán como una herencia para todos nosotros. Por cierto, es una lista personal, que puede ser enriquecida por ustedes. Todo está conectado.

 

  1. Pastor con olor a oveja

A los pocos meses de iniciar su pontificado nos regaló esta hermosa expresión dirigida a los sacerdotes y que ciertamente él fue un exponente altísimo. Él fue ese pastor que se mezcló con los hombres y mujeres de este mundo, compartiendo sus dolores y esperanzas, invitándolos por sendas de justicia, solidaridad y amor.

 

  1. Dios nos primerea

Esta expresión bien repetida por Francisco nos recuerda que la gracia de Dios está antes que nuestras obras o méritos. Él nos elige, nos colma de gracia, de misericordia. Él va delante de nosotros, nos primerea con su gracia para guiarnos y fortalecernos.

 

  1. Sinodalidad

Ciertamente esta prioridad del papa marcó su pontificado muy profundamente. Él puso esta clave, teológico pastoral en el corazón de la vida de la Iglesia, como antídoto de toda forma de clericalismo, de abuso de poder, de un ejercicio de la autoridad autoritario o lejano. No olvidemos que desarrolló un Sínodo de tres años, que aún está abierto, para tratar este tema de la sinodalidad en la Iglesia, señalando un nuevo estilo de liderazgo en la Iglesia en estos tiempos de desafíos por el cambio de época.

 

  1. Discernimiento

Muy unido al punto anterior, el papa Francisco marcó muy fuertemente esta dimensión tan propia de un hijo de San Ignacio, el discernimiento.

Él explicó que el discernimiento en la Iglesia no se trata de quedarse con la opinión mayoritaria, de elegir lo que la gente espera que se elija, o de hacer que siempre se ha hecho. Para Francisco el discernimiento consiste en responder a la pregunta ¿qué nos pide Dios a nosotros delante de esta situación, de este problema? ¿Cuál es su Voluntad para nosotros ahora? Nos recuerda esta expresión a nuestro Padre Hurtado, ¿qué haría Cristo en mi lugar?

 

  1. Misericordia

No cabe duda que Francisco llevó el tema de la misericordia a lo más alto de su pontificado y se dejó iluminar por él. El papa nos recordó que “el nombre de Dios es misericordia”, es decir, que tenemos un Dios que hace pasar nuestra miseria por su corazón divino. Por ello convocó a un Año Santo de la Misericordia en el 2016. Como complemento, nos regaló una maravillosa encíclica sobre el amor humano y divino del Corazón de Jesucristo (2024), la última de prolífico pontificado.

 

  1. Periferias existenciales

Este Amor misericordioso de Dios debe llevar a la Iglesia no solo a los límites geográficos no evangelizados si no y especialmente debe ir a las periferias existenciales de la vida humana, plenas de dolor y sufrimientos, de esperanzas y gozos. Así el papa hizo una opción preferencial por los migrantes, los descartados, los pobres, los sin techo, sin tierra, sin trabajo.

 

  1. Una Iglesia en salida

Lo anterior se traduce en la urgencia de ser una Iglesia misionera, en salida, para anunciar el amor misericordioso de Dios a todos los confines de la tierra. De ahí su maravillosa primera encíclica Evangelii Gaudium sobre la dulce tarea de evangelizar en el mundo actual, que rompe el paradigma de hacer las cosas de tal manera, porque siempre se han hecho así. Él nos invitaba a salir a hacer lío.

 

  1. Todos, todos, todos

En sus últimos años el papa enfatizó mucho que el evangelio y la Iglesia era para “todos, todos, todos”, sin espacio para discriminar ni excluir a nadie, así como Jesús invitó a todos a ser parte de su Iglesia. Ciertamente una intuición muy evangélica que nos abre las puertas a la acogida de las personas en sus situaciones concretas y reales.

 

  1. No balconear la vida

Dirigiéndose especialmente a los jóvenes les pedía que no balconearan la vida, es decir, que no se conformarán con mirar pasar la vida delante de ellos como espectadores sentados en un balcón, si no que fueran protagonistas de la historia, comprometidos con la vida que nos toca enfrentar y con su cambio.

 

  1. Todo está conectado

Finalmente, Francisco fue el primer papa que abrió la Iglesia al tema del medio ambiente con su memorable encíclica Laudato Si, alabado seas Señor. Él asumió el desafío del cuidado de la casa común, del planeta tierra, hoy amenazado por la autodestrucción por parte de la especie humana. Lo más notable fue su intuición de que todo está conectado, es decir, la crisis ambiental y la crisis socio-económica, la pobreza extrema en que viven miles de millones de personas, tiene un origen común, la falta de solidaridad y de cuidado por la dignidad humana. Y por lo mismo, la respuesta a esta crisis viene de nuestra conversión a un desarrollo sostenible e integral.

Sabemos de su devoción a la Madre de Dios. En Guadalupe, México, pidió estar media hora a solas delante de la tilma bendita, “para mirar a María y para que Ella lo mirara a él”. Así también su cariño y confianza en la Virgen la expresaba en sus visitas a Santa María La Mayor cada vez que salía y llegaba a Roma de un viaje internacional. Pidió ser sepultado en ese templo. Allí esperará la resurrección final, junto a su Madre.

Damos gracias a Dios por este pastor, padre y profeta, que Dios nos regaló al inicio del tercer milenio y que esperamos verlo pronto en los altares.

 

+Tomislav Koljatic M.

Obispo de Linares

 

Fuente fotografias: https://depositphotos.com/es/photos/papa-francisco.html?qview=90895820

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