Olga Vega Vega, de la Comunidad de San Ramón Nonato en Salto de Agua, Curanipe. Esta situación tan inesperada y que veíamos como algo tan lejano, nos ha llenado de miedo a perder seres queridos. Hace un tiempo estuve muy gravemente enferma y el recuerdo a esa experiencia, me llenó de temor, pues si me contagio y por mis bajas defensas, no podría sobrevivir, mi sistema pulmonar y respiratorio aún es delicado. Pero confiada en Dios, de todo uno va sacando lo bueno, han sido días con más tiempo en casa para compartir con mis tres hijos. Con la red de corresponsales, en el grupo de whatsApp nos comprometimos a rezar el rosario en diferentes horarios y a mí, me acompaño en mi hija de 6 años, quien además me decía, mamá hay que pedir por los niños de todo el mundo y que el coronavirus no siga avanzando. Creo que Dios tiene la última palabra y que si estamos aquí es porque todavía falta algo que hacer gracias a los que rezan cada día yo también lo sigo haciendo porque estoy segura que Dios nos ama y seguirá cuidándonos.