Pbro. Luis Humberto Alarcón. Párroco de Curanipe. No es fácil escribir lo que estamos viviendo en este tiempo de pandemia. Recién habíamos vivido nuestro Retiro Espiritual en Rabones: tiempo de meditación, descanso, y celebración de la Eucaristía del Clero de la Diócesis de Linares junto a nuestro pastor. Uno sale renovado y con muchas ganas de seguir trabajando con su gente.
Con los Consejos Pastorales de Curanipe y Pelluhue habíamos programado todas las celebraciones de Semana Santa y de repente la pandemia cambia todos nuestros planes. Desaparecen las reuniones, los encuentros masivos y la celebración de la Eucaristía con público.
La primera semana la viví en la casa parroquial de Curanipe. Los primeros días para mi fueron terribles: levantarse, aseo personal, desayuno, oración y después nada. El tercer sábado y domingo no fui a celebrar misa al campo, solo un funeral el domingo 22. En las semanas siguientes me quedé en Cauquenes, en la casa de mi hermana, mi sobrina y su hija.
Volví a Curanipe para celebrar el Domingo de Ramos y Semana Santa de acuerdo al protocolo establecido por las autoridades. Si bien es cierto, celebramos con pocas personas, fue una experiencia rica porque tuvimos que reinventarnos para hacer cosas diferentes como salir por las calles a bendecir ramos que la gente dejó en la puerta de sus casas y el Domingo de Resurrección fuimos con el Santísimo Sacramento a bendecir a las familias para animarlas y fortalecerlas en su fe.
Mi experiencia en estas cinco semanas: lo positivo es tener más tiempo para rezar por la mañana y por la tarde, encuentro con la Palabra de Dios, celebrar la misa y rezar el Santo Rosario.
Tuve tiempo para arreglar mi dormitorio, ver qué hacer con los cachureos, leer, ver algunas comedias en la tele y llenar puzles. Para mí lo difícil es tener tanto tiempo libre, el no poder visitar las familias en sus comunidades para celebrar con ellas la Eucaristía y compartir la fe en Jesús Resucitado.
A través del celular, he podido acompañar a personas que están muy asustadas y les cuesta confiarse plenamente al Señor de la Vida. Envío a las comunidades a través del WhatsApp las citas bíblicas de cada semana.
El 8 de abril cumplí 25 años de Sacerdocio -mis Bodas de Plata- y estábamos preparando una linda fiesta para el día 17 de abril a las 17:00 horas, Misa y mesa. Pero, no se pudo.
Entre las cosas extras, me tocó vendimiar y con esas uvas mi hermana me prepara el vino de misa. Le queda muy rico. No sé qué más viene, yo simplemente me confío en el Señor.