
Con una masiva participación nuestra parroquia vivió con profundo recogimiento y fervor las celebraciones de Semana Santa. En un ambiente de reflexión se realizaron diversas actividades litúrgicas que fortalecieron nuestra fe y renovaron el compromiso de vivir el Evangelio con esperanza. A esta experiencia espiritual se sumó luego la Fiesta de nuestro patrono, Santo Toribio, celebrada con gran alegría y precedida por un solemne triduo de oración y Eucaristía, que reunió a nuestra comunidad durante tres días en torno al altar. El día de la fiesta patronal fue especialmente significativo. En un emotivo momento, dos niños se incorporaron como nuevos Acólitos, comprometiéndose al servicio del Altar y dando testimonio del amor de Dios. Asimismo, se realizó un sentido reconocimiento a don Bernardo Cabeza, nuestro querido Don Beño, quien sirvió durante más de 30 años como panteonero, con dedicación, humildad y un testimonio de servicio silencioso que marcó a generaciones. Todas estas celebraciones estuvieron marcadas por la emoción, la fe compartida y la unidad comunitaria, bajo la guía cercana y animada del P. Francisco Hormazábal, cuya presencia ha sido clave para fortalecer los lazos de fraternidad y la vida pastoral de nuestra parroquia. Con gratitud y esperanza, seguimos caminando como comunidad viva, confiando en la intercesión de Santo Toribio y animados por la alegría del Cristo Resucitado.
Cecilia Alarcón, corresponsal.