En la madrugada de este miércoles 15 de noviembre, a los 96 años edad y 69 de vida sacerdotal, en una profunda paz, en su casa habitación entregó su alma a Dios el Presbítero Manuel Juvenal Pereira Arellano, donde había retornado hacía unos días para guardar reposo luego de recibir exhaustivas atenciones e intervención quirúrgica en el Hospital Clínico de la Universidad Católica de Santiago. Su velatorio se desarrolla en la parroquia San José de Parral, donde por muchos años fuera párroco.
El Pbro. Manuel Juvenal, nació el 10 de julio de 1927, en la Comuna de Empedrado. Hijo de Don Florentino Pereira y la Sra. Abelina Arellano. Fue el cuarto de seis hermanos, Florencio, Lucila, Daniel, Juvenal, Raquel y María.
Realizó sus estudios primarios en la Escuela de Empedrado y sus estudios secundarios en el Seminario de Concepción y San Pelayo de Talca.
En 1948, ingresó al Seminario Pontificio de Santiago, a la Facultad de Teología 1950 – 1954 obteniendo el Grado de Licenciado en Filosofía y Teología.
Su Ordenación Sacerdotal, la recibió el 31 de octubre de 1954, en la Catedral de Linares de manos de Monseñor Roberto Moreira Martínez, Tercer Obispo de Linares. Cantó la Primera Misa en su parroquia natal en San Ignacio de Empedrado, el 1° de noviembre de 1954, le acompañaron familiares, amigos, pues fue un gran acontecimiento para todo el Pueblo.
Durante su vida Sacerdotal desempeñó diversos cargos entre los que se destaca su rol como Vicario Cooperador de las parroquias de San José en Parral y en Constitución, desde el 26 de junio de 1955, hasta el 5 de febrero de 1959.
Fue párroco de Niño Jesús en Villa Alegre desde 1959 a 1967. Desde donde desarrolló su labor como Profesor de Filosofía y Religión en el Liceo Manuel Montt de San Javier.
El 19 de junio de 1967, fue nombrado párroco de San José de Parral, hasta el 25 de febrero de 2013. Ejerció 46 años de servicio pastoral a esta querida tierra y cuando, por su avanzada edad, se acogió a retiro, colaborando como Vicario Cooperador hasta hoy, residiendo en su casa particular.
Rector del Colegio San José de Parral. Asesor y Capellán del Colegio Providencia en Parral.
Entre sus características personales se destaca como un hombre de oración, estudio y reflexión profunda, un gran orador y liturgo.
Interiormente de gran sensibilidad y tímido. Tenía una gran conciencia de su fragilidad, sus limitaciones y cualidades.
Fue un gran consejero y director espiritual de sacerdotes, obispos compañeros de aula, amigo de Monseñor Jorge Medina Esteves, quien lo visitaba cuando estaba en Chile o venía de Roma.
Formó al menos cuatro generaciones de cristianos en Parral. Fundó el Colegio San José de Parral, junto a su compañero de vida por más de cuatro décadas el padre René González Villalobos y el Liceo nocturno de hombres de Parral.
Durante su tiempo en la parroquia San José de Parral, se recuerda su arduo trabajo para remodelar el Templo parroquial, destacando en esta obra la construcción de la Sala Matus, entre otros salones más pequeños, espacios propicios para acoger a los diversos grupos que dan vida y fuerza a la vida comunitaria de la parroquia San José.
Desarrolló y motivó en sus fieles la práctica de sus grandes pasiones como el Teatro, la lectura, las artes y el amor por la liturgia.
En el Obispado y en la parroquia San José, en la década de los 70, se le recuerda como uno de los iniciadores de la Escuela de Formación para el Diaconado Permanente en la Diócesis de Linares.
Fue también, Consultor Diocesano, Vicario Episcopal y Decano. Formó parte del Consejo de Presbiterio, siendo siempre elegido por la votación de sus pares.
Desde el 19 de agosto de 1980, se hizo cargo de la parroquia San Sebastián de Los Cuarteles en Camelias, donde ayudó en la Evangelización de las numerosas capillas del sector.
Gratitud y Emoción en la despedida
El velatorio del P. Juvenal Pereira, se desarrolló en la parroquia San José, (Balmaceda 340, frente a la Plaza) y su funeral fue el jueves 16 de noviembre, con una Misa a las 10:30 hrs. en el mismo templo, presidida por Monseñor Tomislav Koljatic, concelebrando sacerdotes del Clero diocesano. Después de su despedida de la ciudad de Parral, sus restos fueron escoltados hasta la Comuna de Empedrado, donde luego de otra solemne Misa fue sepultado junto a sus familiares y vecinos del Pueblo que le viera nacer.
El recuerdo y tanto tiempo compartido, nos llena de nostalgia, pero nos fortalece la esperanza de lo que con empeño y convicción predicó tantas veces, destacando su corazón de padre, de un padre generoso que supo acoger, que supo escuchar y tantas veces aconsejar.