En la Casa de Ejercicios Chacahuín, el sábado 5 de noviembre, se realizó el Encuentro Anual de Infancia Misionera, este año con el lema “Serán mis Testigos”, ocasión en la que 190 niños, acompañados por sus asesores y algunos apoderados, se dieron cita para compartir su amistad con Jesús, rezar por los niños del mundo y agradecer a Dios por todo lo que día a día reciben, agradecer también, por la familia, la amistad, el compañerismo y en este encuentro de manera preferencial por el gran tesoro de compartir “la Casa Común”, que es como la hermana con quien se comparte la existencia y como una madre bella que, abraza, acoge y cobija a todos.
Algunas dinámicas para dejar atrás el viaje y generar un grato ambiente, todos participaron en la Oración inicial a cargo de los representantes del Colegio Providencia de Parral.
Luego fue la presentación de la Encíclica Laudato Si, como una interpelación siempre actual, a cargo de Eduardo Aravena, Coordinador Nacional de Redes del Movimiento Internacional de Monitores Laudato Si, quien en lenguaje sencillo y participativo, profundizó en el llamado del Papa Francisco a hacernos cargo del cuidado de la creación, la exposición concluyó con un trabajo por grupos, en los que cada equipo reconocía una especie como hermano de creación, destacando su descripción, como ellos lo ven y proponiendo estrategias para su cuidado y preservación, las que expusieron en gráficos papelógrafos, que diseñaron en el grupo acompañados de sus asesores. En paralelo Herminia Morales, Secretaria del Equipo Nacional de Infancia Misionera, se reunió con los adultos que acompañaban a los niños y niñas, comenzando por felicitarles por su presencia en el encuentro, y los motivó a seguir caminando con sus niños y niñas en la Infancia Misionera, instancia en que se refuerzan los valores cristianos y de socialización.
Al cierre del Encuentro, la Hna. Pilar Tapia Agurto, encargada Diocesana de Misiones, reiteró a los niños, niñas, monitores, asesores y familias, las felicitaciones por su activa participación, destacando que una vez más se pudo cumplir los objetivos de Infancia Misionera en la Diócesis de Linares, que es animar el espíritu misionero desde la infancia para ir asumiendo un rol activo dentro de la iglesia y la sociedad en su conjunto, llevando el sello e impronta de Infancia y Adolescencia Misionera que es el ideario de mantener “Ojos abiertos, Oídos atentos, Manos extendidas, Corazón ardiente y Pies ligeros”.