El Espíritu Santo ha estado soplando fuerte durante el mes de octubre a lo largo y ancho de la Iglesia.
Nos convocó como Pueblo de Dios que peregrina en Chile a la Tercera Asamblea Eclesial Nacional, en donde, durante un fin de semana intenso de oración y trabajo, nos encontramos cerca de 700 representantes de todos los rincones del país, de las 27 diócesis, de los distintos ministerios y servicios eclesiales, las comisiones nacionales, hombres y mujeres de fe, jóvenes y adultos, religiosas, religiosos, clero diocesano y, prácticamente, la totalidad de los obispos en ejercicio, para ponernos a la escucha de los llamados del Señor, que nos ha estado interpelando por diversos canales: desde su Palabra, desde la voz de nuestros Pastores, especialmente la del Papa Francisco, desde los Signos de los tiempos, que nos han proporcionado los acontecimientos de nuestra historia reciente, y desde los clamores, anhelos y la oración constante de toda la comunidad creyente, voz discernida y plasmada en los trabajos y en los informes, que los equipos sinodales de cada una de las diócesis del país venían elaborando en un proceso de discernimiento creyente que hunde sus raíces en los momentos dolorosos, pero también de gracia, que hemos estado viviendo, desde el año 2018.
Dos semanas más tarde, y en profunda comunión con este proceso, celebramos como Iglesia de Linares nuestro Cuadragésimo Segunda Asamblea Sinodal Diocesana, más de 350 personas nos sentimos convocados a esta asamblea, en la que una vez más, en profundo espíritu de oración y en alegre ánimo de celebración, nos detuvimos durante un día en nuestro peregrinar, para revisar nuestro itinerario de ruta: de modo de revisar los desafíos, obstáculos, avances y disposiciones necesarias en el empeño de hacer carne en nuestras comunidades, aquello que el Señor nos ha permitido reconocer como urgencias para esta Iglesia nuestra, en este caminar que está pronto a cumplir 100 años “Sembrando las semillas del Reino en tierras maulinas”.
En la Asamblea Nacional, pudimos experimentar con agradecido asombro la acción del Espíritu Santo, que como Viento alienta, insufla vida en abundancia y nos renueva; que como Aceite, nos unge para ser pueblo consagrado de sacerdotes, profetas y servidores, portadores de buenas noticias a la humanidad entera, que como Agua, nos ha hecho renacer por el Sacramento del Bautismo, nos purifica y lava nuestras heridas, para que sanados por su Gracia, renovemos nuestra misión de anunciar la salvación “a tiempo y a destiempo”.
En Asamblea Sinodal Diocesana, nos atrevimos a declarar como la Iglesia de los primeros tiempos, que el Espíritu Santo, camina con nosotros y nos da la parresía necesaria para afirmar que lo que estamos discerniendo, lo que estamos llevando a cabo, lo hacemos con la convicción de que “al Espíritu Santo y a nosotros nos ha parecido bien…”
¿Qué nos queda por hacer?
Mucho y con mucha urgencia: en primer lugar, sentirnos comprometidos y sabernos vinculados en la tarea de que lo que ha quedado plasmado en nuestras memorias y registrado en los documentos de salida, pueda ser vivido como novedad refrescante en nuestras comunidades, pueda convertirse en acciones eficaces que alimenten la esperanza de tantos que aún siguen esperando, pueda vivirse como este Kairós, el tiempo vivificante, en el que reconocemos y nos sentimos plenamente respaldados por la presencia del Señor .
Trabajar con lúcida vigilancia, para no seguir acumulando documentos en nuestros archivos, sino experiencias verdaderamente evangélicas, que nos permitan salir al encuentro de aquellas y aquellos que precisan de esta Iglesia fraterna, sinodal, profética y esperanzadora, para animar nuestro tiempo.
- Raúl Moris G. Equipo Diocesano de Formación.
Testimonios:
Compartimos las expresiones de algunos de nuestros representantes en esta Tercera Asamblea Nacional, una experiencia que, sin duda, será de gran fortalecimiento para su servicio pastoral. (Más testimonios y material de apoyo en www.obispadodelinares.cl) Nuestra gratitud a: Pbro. Juan Pérez, Rodrigo Barrera, Pbro. Gonzalo Aravena, José Darío Ávila, Alicia Quiroz, Elizabeth San Martín, Pbro. Luis Fuentealba, Nancy Tapia, Hna. Carmen Gloria Mancilla, Blanca Salas, Diác. Jaime Mora, Juan Carlos Bravo, Pbro. Raúl Moriz, Jeannette Rojas, Williams Valenzuela, Miguel Ángel González y Monseñor Tomislav Koljatic.
Viví una experiencia basada en el encuentro, la alegría de conversar y poder saber que no estamos solos en este caminar que es una iglesia que, se ve tiene ganas y esperanza en sanar y avanzar, que está preocupada en un bien mayor. En lo personal vengo con el anhelo de poder aportar con mi granito de arena, tengo la fe que sí se puede seguir avanzando juntos. Elizabeth San Martín, PJ Linares.
Este ha sido el primer día de una jornada llena de esperanzas para que juntos como parte de una misma iglesia podamos reconocer, interpretar y elegir lo mejor para nuestro caminar, siempre pensando en lo que el Santo Padre nos invita…a ser una iglesia sinodal, profética y esperanzadora. En la comunidad que trabaje hoy compartimos «liderazgo para el servicio». Donde vimos los procedimientos y la estructura de nuestras comunidades. Jeannette Rojas, Población Fernández, Cauquenes.
En nuestra comunidad vimos la celebración litúrgica, encontré muy buena la metodología de las tarjetas “entremos a picar” permitió rápidamente indicar con qué se estaba de acuerdo y con qué no… luego nos costó un poco llegar a un consenso, por mi parte traté de escuchar primero y luego opinar, finalmente llegamos a un acuerdo, unificando la diversidad de miradas, cada una desde distintas posiciones. Destacaré que recibí muy buenos comentarios sobre el informe sinodal que presentó la Diócesis de Linares. Juan José Gutiérrez, Parroquia Corazón de María
Siento que el viento del Espíritu Santo soplo a nuestro favor, llegamos a un consenso en el trabajo del grupo, muy buen desarrollo del entrar a picar. En general todo bien organizado. Una experiencia maravillosa y saber que nuestra Iglesia en general vamos haciendo los mismos caminos con la misma fuerza de reencontrarnos, con nuestras virtudes y defectos, pero con la esperanza de ser mejores y ponernos a caminar. Blanca Salas, Parroquia San Francisco, Parral.
Primero agradecer la oportunidad de vivir este gran momento Eclesial junto a tantas y tan diversas personas. Me llevo un corazón cargado de esperanza y una fe renovada, con el desafío de transmitir la alegría de saber que no caminamos solos, el Señor y su Espíritu nos acompañan en esta ruta. Alicia Quiroz, Dpto. Catequesis Obispado de Linares.
Gracias por lo vivido, tengo mi corazón llenito de esperanza y energía para seguir caminando juntos. Debemos seguir descubriendo los dones y carismas, que se conviertan en liderazgos de servicio en beneficio de la comunidad, de la parroquia de la Iglesias en general. Nancy Tapia, San Javier
Solo quisiera agradecerles de todo corazón la generosa participación, de este grupo en la III Asamblea Eclesial. Tendremos tiempo para evaluar junto nuestras experiencias y como tomar toda esta vida y riqueza eclesial y los desafíos que se nos presentan para seguir adelante con esta misión. Es muy bueno conocer el testimonio de quienes participaron, por eso todos los testimonios estarán disponibles en nuestra web del Obispado de Linares, www.obispadodelinares.cl Mons. Tomislav Koljatic.