«La Iglesia debe ir hacia el diálogo con el mundo en que le toca vivir. La Iglesia se hace palabra; la Iglesia se hace mensaje; la Iglesia se hace coloquio» (ES 34). Estas palabras del Papa San Pablo VI, pronunciadas en el año 1964, tienen una profunda resonancia en el Papa Francisco y su concepción de Iglesia (Iglesia en salida). El cap. VI de Fratelli Tutti tiene como título «diálogo y amistad social». Ante un mundo marcado por tantos episodios de violencia y hoy por una guerra injusta, el Papa nos recuerda que el único camino para desarrollarnos es el encuentro que nos lleva a dialogar y crear amistad social. Desde los primeros siglos, cuando la Iglesia era una minoría, la misión fue vista como un diálogo con los demás, en el cual la Iglesia y sus interlocutores crecen y se enriquecen mutuamente.
Después de dos milenos del anuncio de la Resurrección, el camino para encontrarnos y dialogar con los demás sigue siendo una vía que los cristianos debemos recorrer. Hoy más que nunca, estamos llamados a fomentar una verdadera «cultura del encuentro», que significa que «como pueblo nos apasiona intentar encontrarnos, buscar puntos de contacto, tender puentes, proyectar algo que incluya a todos» (Ft 216). Vivimos en una sociedad que ha promovido tanto al individuo alejado de los demás que, aunque muchos puedan vivir en auténticos ghetos verticales (grandes edificios), estos espacios no son lugares donde se fomente el encuentro. Sin encuentro, no hay diálogo, sino que prevalece la tentación de calificar a los demás como cada uno cree que es. Sin encontrarnos y dialogar con un venezolano, jamás entenderemos por qué está en nuestra tierra. Sin encontrarnos con los jóvenes jamás entenderemos cuales son sus visiones. Sin encontrarnos con el mundo actual, jamás podremos anunciarles la Buena Noticia del Evangelio.
La misión se hace diálogo, y el diálogo nos ayuda a crear una cultura del encuentro. Fue esto lo que hizo Dios. Dios es Dios de diálogo: «en diversas ocasiones y bajo diferentes formas Dios habló a nuestros padres por medio de los profetas, hasta que, en estos días, que son los últimos, nos habló a nosotros por medio del Hijo» (Heb. 1, 1-3). Este es un diálogo para encontrarse con la humanidad, quien ama mucho quiere estar en comunicación con el ser amado y por ello lo busca y se comunica. El camino misionero en esta sociedad actual pasa por el hecho que todos los cristianos y cristianas podamos estar abiertos a encontrarnos con los demás y dialogar con ellos sobre los anhelos y esperanzas que todos tenemos y construir una profunda amistad social que transforme nuestra sociedad. Pbro. Ronald Flores Soto. Párroco de San Alfonso Cauquenes.