Soy Carmen Gloria Mancilla – Loly, religiosa de los Sagrados Corazones. Vivo en la comunidad de hermanas aquí en San Javier. Desde la CONFERRE de Chile (Conferencia religiosos-as) fui invitada a participar como delegada a la 1° Asamblea Eclesial; éramos 4 religiosas y 2 religiosos. Desde Chile participamos 30 delegados, laicos, sacerdotes, diáconos, Obispos, religiosos-as.
La Asamblea inició el domingo 21 de noviembre con la Eucaristía en la Basílica de Guadalupe y terminó el 28 de noviembre, cada país se adaptaba al horario de México. Vía presencial y virtual, fuimos una sola Asamblea.
Mis primeras palabras son para agradecer esta vivencia de sinodalidad y de experiencia de la acción del Espíritu en nuestra Iglesia de A.L y del Caribe. Somos el Pueblo de Dios que camina en fidelidad en la construcción de su Reino con distintas culturas y rostros e historias.
Sin duda, acogimos el llamado del Papa Francisco y lo que Dios quiso decirnos a través del camino vivido en este tiempo de discernimiento en nuestras comunidades, Parroquia, Decanatos y Diócesis para buscar junto a todos a lo que el Señor nos llama como Iglesia de A.L y el C.
Vivir este encuentro en forma virtual fue todo un desafío, desde reuniones preparatorias y servicios que nos pidieron. Desde México estaban en forma presencial un grupo y los demás online, nos sentimos familia, valioso fueron los trabajos en grupos. Rescato la vivencia que se dio desde la participación chilena con un WhatsApp donde nos comunicamos a cada momento, una experiencia eclesial dinámica, participativa, fue conocernos, apoyarnos, valorarnos, haciendo presente nuestra mirada.
Nos fuimos familiarizando con la metodología de cada día, oración inicial, invitados saludaban, ponencias de reflexión y posteriormente estaba el trabajo grupal, mi grupo fue el A17, con 14 participantes, en un momento 5 de Brasil, de Perú, Argentina, Bolivia, Venezuela, Colombia, Texas EE.UU., Canadá, México y yo Chile, había laicos, sacerdotes, Obispos y religiosas. Por la tarde Distintos paneles, testimonios, presentación de lo trabajo, Eucaristía, raíces culturales, en fin, una variedad.
La riqueza del trabajo grupal
Compartirles que cada día los grupos de discernimiento trabajamos según lo propuesto:
1 día: “Disponer el corazón para discernir en común en esta Asamblea eclesial”.
2 día: “Enfocar nuestra mirada sobre los desafíos para la Iglesia en A.L. y el Caribe a la luz del discernimiento comunitario”.
3 y 4 día: “Identificar y proponer las invitaciones que nos hace el Señor como orientaciones pastorales continentales”.
5 día “Seleccionar, en discernimiento sinodal los nuevos caminos que el Señor nos invita a seguir y a construir”.
Iniciamos con la apertura “El tiempo se ha cumplido” Mc 1.15, estar abiertos al Espíritu, invitación a una Conversión Pastoral, a un cambio de mentalidad, a tener un horizonte amplio, a centrarnos en las personas, en las comunidades, encontrar nuevos caminos.
Enfocar los desafíos, los llamados a la luz del discernimiento comunitario, en toda nuestra reflexión nos enmarcó el documento de Aparecida, y me quedó resonando los números 365 y 372, que nos dicen abandonar estructuras obsoletas y que nuestras Parroquias exigen una urgente renovación con equipos de animación en una proximidad.
Acoger el Desborde del Espíritu Santo
Tenemos que acoger el desborde del Espíritu Santo, desde una conversión personal, de una Iglesia que es madre, que ESCUCHA y acompaña, creando comunión desde la diversidad, ser una Iglesia de puertas abiertas, salir al encuentro del otro.
Ser una Iglesia sinodal, pues necesitamos escuchar a Jesús, no a nosotros, tener la lógica de la aproximación del buen samaritano. Este es el camino de Dios que nos involucremos todos, escuchándonos y preguntarnos ¿a quiénes escucho?, ¿cómo escucho?; es clave dicha actitud, para superar un clericalismo y ser una Iglesia participativa y corresponsable.
Nos urge reconocer nuestra identidad eclesial, es toda la comunidad que se reúne parar orar, aconsejar para tomar consensos y luego tomar decisiones. Todo el pueblo de Dios es responsable de los cambios.
Nos urge el ejercicio de la sinodalidad, se requiere una conversión pastoral en las relaciones de poder, de autoridad, dejar estructuras caducas hay que tener amor.
Es clave lo que expresa Aparecida: la recepción del laicado la participación de las mujeres, la valoración de su participación.
Al concluir nos queda el desafío a dejarnos tocar por el Espíritu que renueva todas las cosas, a vivir este TRABAJO ECLESIAL SINODAL DE ESCUCHA, todos somos constructores de nuestra Iglesia Sinodal, acogiendo los clamores de tantos postergados, excluidos, hoy se requiere la presencia del rostro padre y madre para nuestro pueblo.
Tenemos que poner en práctica lo que Aparecida nos dijo en el 2007, ser una IGLESIA SINODAL, renovando las estructuras, es el tiempo del Nosotros, el tiempo de Jesús y su Reino, hay que dar espacio al Desborde del Espíritu.
Hna. Carmen Gloria Mancilla. SS.CC.
Decanato de San Javier