Frases de Teresita de Los Andes
Santa Teresa de los Andes, en su año jubilar, que en principio iba a terminar el 13 de julio, se extenderá hasta abril de 2021, debido a la cancelación de todo tipo de eventos por el Covid 19.
Su centenario es una hermosa ocasión para recordar la vida de la primera santa chilena y a pesar de lo corta que fue, su legado espiritual y su ejemplo de santidad en lo cotidiano, han tenido una tremenda fuerza evangelizadora en el último siglo. En esta edición compartimos algunas de sus célebres frases:
Mi alma desea la cruz porque en ella está Jesús.
La cruz es un tesoro.
Lo único que me pide (Jesús) es que no hable de mí misma. Humildad.
Sin humildad, las demás virtudes son hipocresía”.
Deseo no morir para vivir al pie del Sagrario, confortando al Señor en su agonía.
Tomé la resolución de negarme en todo. Hacer aquello que no me gusta, siempre.
Si estuvieras con Él una hora de oración, podrías saber lo que es el cielo en la tierra.
Créeme que por una hora de oración no sé qué daría.
La Eucaristía es mi cielo.
No hablar jamás mal del prójimo.
No disimular lo que pensamos…ser humildes. No disculparnos en nada.
Si nosotros agradecemos el cariño humano, cuanto más Dios… cuando lo amamos de verdad.
Cada día que pasa quiero más a Nuestro Señor y me uno más a Él. Todo lo que hago se lo ofrezco por amor al Señor.
Lo propio del mundo es el amor a la comodidad.
La Virgen desde niña me hablaba. Pensé que era lo más natural.
Ya no me pertenezco. Di cuanto tenía a Dios, hasta mi propia libertad.
¡Que felicidad! Amo a Dios mil veces más que antes porque antes no lo conocía.
Ser hostia con Jesús hostia…
El mundo sin Dios, patria del dolor y de la maldad.
Solo Dios basta, búscalo a Él y encontrarás todo.
Quiero ser santa. Recogimiento continuo. Nada ni nadie puede distraerme de Él.
Mi oración es cada vez más sencilla. Mi oración es estar sola con Él solo.
¿Sabías que?
A los 6 años, Juana Fernández prometió rezar el ROSARIO todos los días y realizó su primera confesión.
Su Vocación
A los 10 años leyó la obra “Historia de un alma” de Santa Teresita de Lisieux y sintió una fuerte atracción al Carmelo.
En un momento pensó en ser religiosa del Sagrado Corazón, pero descubrió que Dios la quería en el Claustro y quería vivir la pobreza.
El 7 de mayo de 1919 ingresa al Carmelo, ese día se despide de su familia quienes la llevan al convento y adopta el nombre de Teresa de Jesús.
El 14 de octubre del mismo año realizó la toma de hábito acompañada por su familia y amigos.
Un alma con fe lo tiene todo, porque tiene a Dios
¿Encontrará el Padre la figura de Cristo en mí? ¡Cuánto me falta para parecerme a Él!
Mi espejo debe ser María. Puesto que soy su hija, debo parecerme a Ella y así me pareceré a
Jesús. María es la Carmelita perfecta.
La voluntad de Dios es un alimento espiritual que fortifica el alma que se entrega a Él gustosa.
Sólo Dios es amor y alegría y Él nos la comunica.
Sólo Dios basta. Fuera de Él no hay felicidad posible…
Los corazones de los hombres aman un día y al otro son indiferentes. Sólo Dios no cambia.
Debo esforzarme en ser más amable. Me esmeraré en labrar la felicidad de los demás…
Mi resolución: sacrificarme por todos.
Jesús no quiere que exista nadie entre Él y yo.
Manifestándose a mi alma, la ha enamorado en tal forma que sólo en É puedo encontrar reposo.
El alma unida a Dios se diviniza de tal manera que llega a pensar, a desear y obrar conforme a Jesucristo. ¿Hay algo más que grande Dios? ¿Hay algo más grande que un alma divinizada? ¿No es ésta la mayor grandeza a que puede aspirar el hombre?
Ocupémonos del prójimo, de servirle, aunque nos cueste repugnancia hacerlo. De esta manera conseguiremos que el trono de nuestro corazón sea ocupado por su Dueño, por Dios.
Para una Carmelita la muerte no tiene nada de espantable. Va a vivir la vida verdadera. Va a caer en brazos del que amó aquí en la tierra sobre todas las cosas. Se va a sumergir eternamente en el Amor.
Jesucristo, ese Loco de amor, me ha vuelto loca