La fiesta de la Virgen Campesina de Nirivilo se celebra siempre el último domingo de septiembre, este año domingo 29. Durante la Eucaristía en su honor, la imagen se encuentra a un costado del Templo, sobre una carreta de bueyes y adornada con flores. Su vestuario consta de un poncho –tejido por una artesana mapuche- y chupalla. El Niño Jesús, va abrazado dentro del poncho y también ataviado con chupalla.
La fiesta se celebra con estas características desde hace más de 40 años, pero sólo desde 1997 con el nombre de la Virgen Campesina y con ese atuendo tan distintivo.
En la celebración durante el ofertorio, las 12 comunidades de la parroquia presentan sus ofrendas que constan del fruto de sus labores en el campo (que es secano costero), luego de la Misa, se organiza la Procesión por las calles del Pueblo y la carreta que lleva la imagen de la Virgen es tirada por bueyes, a su paso la espera la gente con arcos de flores, altares al frontis de las casas, así avanza la Precesión entre cantos, oraciones y vivas por la Virgen y el Pueblo.
En esta celebración de tanta raíz campesina, no puede faltar el esquinazo con chicha en cacho para el Obispo y las autoridades presentes, con los aplaudidos pies de cueca. Por último, los huasos rinden también su homenaje, con 3 vueltas alrededor de la Plaza: al paso, al trote y al galope.
Debemos recordar que el Templo Nuestra Señora del Carmen de Nirivilo, data de fines del siglo XVIII, destacan en ella su alta nave y los gruesos muros con vigas de roble a la vista. Además, los restos de familiares de Bernardo O’Higgins, Padre de la Patria, se encuentran enterrados en el templo y allí permanecen, como era costumbre en la Colonia y durante toda la primera mitad del siglo XIX. Por estas razones, apelando a su calidad constructiva tradicional y a su rol dentro de la historia del poblado y de Chile, la Iglesia de Nirivilo fue declarada Monumento Histórico Nacional en 1984.