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-Departamento Diocesano de Misiones- “La Misión no vale la pena, vale la Vida”

Jesús es el misionero del Padre que vino para que tengamos vida y vida plena. La misión de la Iglesia tiene por objetivo testimoniar el amor de Dios a todas las personas, en todo lugar al estilo de Jesús. La misión nos ayuda a descubrir una nueva vocación, una opción de vida para responder al llamado de Dios y adherirnos a Jesucristo, a su mensaje.

Después de Aparecida, como Iglesia, hemos ido dando pasos para ser una Iglesia misionera. Nos recuerda San Juan Pablo II: “La misión renueva la Iglesia, refuerza la fe y la identidad cristiana, da nuevo entusiasmo y nuevas motivaciones” (Redentoris Missio,2)  

Muchos lugares de nuestra Diócesis han vivido momentos fuertes de misión en este tiempo de verano, misioneros jóvenes, adultos, religiosos, religiosas que han compartido la fe en comunidades.

Queremos compartir estas hermosas experiencias.

Desde el Departamento de Misiones hemos misionado en el Decanato de Constitución, parroquia de Putú, párroco Guillermo Rojas. Quebrada Verde y Carrizalillo, desde el 8 al 16 de enero. Las misioneras fueron las Hermanas María Gabriela y Pilar Tapia, laica de la Consolación Gloria Jofré y Camila Quinteros, postulante de las Hna. de Ntra. Sra. de la Consolación.

Quebrada Verde

Nos adentramos en la localidad Quebrada Verde, entre los cerros y hermosos pinos, alejada de Putú, llegamos a la casa de los animadores de la Comunidad: Diógenes y su esposa Carmen, allí nos quedaríamos las misioneras, Gloria Jofré, laica de la Consolación la Hermana Pilar Tapia. Cada día visitábamos las familias, no eran muchas, pero sí estaban, la mayoría, muy distantes entre si. Había familias evangélicas, igualmente nos acercábamos a ellas para saludar y conversar, fueron muy acogedoras. Por la tarde nos reuníamos en la capilla para rezar, celebrar la liturgia y una pequeña formación. Compartíamos desde sus inquietudes y también teniendo en cuenta las sugerencias del párroco que tenía mucho interés que las comunidades pudieran tener la liturgia todas las semanas para alimentar y vivir la fe. La comunidad se reunía a vivir la Eucaristía una vez al mes y que fielmente el sacerdote acompañaba. Después del momento vivido en la Capilla, pasábamos a la sede comunitaria a compartir la once, que siempre crearon un grato ambiente, una buena relación, abrirnos al diálogo.

Carrizalillo

Es un poblado, las casas estaban más cerca, pero igualmente habías familias distantes. Las misioneras fueron la Hermana María Gabriela y Camila Quinteros, postulante de las Hna. de Ntra. Sra. de la Consolación, fueron acogidas en distintas familias, lo que les permitió conocer y compartir más. Por la mañana, juntas visitaban familias y por la tarde se reunían en la capilla, así cada día realizaban alguna actividad que ayude a acrecentar la fe y fortalecer la vida comunitaria. En la Eucaristía que celebró el padre Guillermo, tres personas recibieron por primera vez la Eucaristía una niña, una madre joven con su hijo. Participó mucha gente, nos alegra mucho cuando podemos reunirnos y compartir la palabra de Dios, la alegría del encuentro, la alegría de la fe.

Ambas experiencias nos motivan como Departamento Diocesano de Misiones, a seguir acompañando a estas comunidades en su caminar, esperando que cada día sean más los que se animen a formarse y ser también misioneros en estas tierras maulinas.

 

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