Unidos al sentir de todo Chile, celebramos la Fiesta de San Alberto Hurtado, con una hermosa Eucaristía, manteniendo los resguardos por aforo y cuidado para los asistentes. En el Día de la Vida consagrada, saludamos a las religiosas y religiosos de nuestra Diócesis y recordamos en la oración a tantos y tantas que han misionado y acompañado nuestro caminar, que el Señor les permita seguir sirviendo a su Iglesia con gran fervor y amor en campos y ciudades, y que sigan siendo signo y presencia de Jesús en medio de su pueblo. Bernardita, corresponsal.