Hogar de Ancianos Santa Teresa en Cauquenes
La Congregación de las Hermanas Hospitalarias del Sagrado Corazón de Jesús, están presentes en la ciudad e Cauquenes, atendiendo el Hogar de Ancianos de larga estadía, entregando cariño y abnegados cuidados a los abuelitos y abuelitas con cariño.
Este Hogar fue fundado el 15 de octubre de 1958 por la Sociedad de Beneficencia de Señoras, representadas por su presidenta, doña Marina Pinochet Campos, posteriormente el 7 de junio de 1983, este Hogar fue donado a la Congregación de las Hermanas Hospitalarias, mediante escritura pública, cabe agregar que las Religiosas ya prestaban sus servicios a este Hogar desde antes de la fecha de donación.
Actualmente atienden a 40 residentes (damas y varones) contando con personal altamente calificado para atenderles durante las 24 horas de cada día. Es así como estos abuelitos y abuelitas reciben oportunamente sus comidas y el aseo necesario que les permite vivir dignamente el ocaso de sus vidas.
Identidad con la ciudad de Cauquenes
Es importante destacar la ayuda y reconocimiento que entrega la ciudadanía al destacado servicio que presta este Hogar de Ancianos, y que se ha ganado con tantos años de servir y entregar amor a los más ancianos, que muchas veces han sido postergados. Esto se expresa concretamente con la habitual visita de diversas comunidades, colegios y agrupaciones que ofrecen su apoyo en donaciones a favor de los abuelitos. Todas estas vivistas han sido suspendidas durante este tiempo de pandemia, por resguardo de los residentes y de los mismos visitantes, así ha sido dispuesto por la autoridad sanitaria.
Tarea de todos
La Hermana Asunción Caro, señala: “El cuidado de quienes han formado parte importante de la historia de nuestros pueblos, de quienes ha forjado la sociedad, es tarea de todos, por lo que debemos pedir a Dios cada día, poder percibir y reconocer al otro como mi prójimo, fomentando en cada uno la hospitalidad, que es estar abierto al necesitado, sin importar: edad, credo religioso u otras opciones, mediante una conversión gozosa, un encuentro libre y liberador, en el fondo sentir un llamado a la vida profética, entregada a los hermanos sufrientes de diferentes edades, culturas, lugares, que irrumpen en nuestra vida y que dan un sentido a nuestro día a día. Es por lo tanto, estar atentos hacia el sufrimiento de los demás con una preocupación específica que nos pide nuestro Creador con la fuerza que emana del Corazón de Jesús, quien nos manifiesta su amor a toda la creación transformándola en la alegría y el mayor bienestar posible”.
Agrega el párroco de Curanipe “es así que Dios nos da carismas especiales para ayudar a la humanidad doliente de su tiempo y que se continúe en ello, porque siempre habrá dolores que aliviar y lágrimas que enjugar. Es el caso concreto de muchos fundadores de Congregaciones Religiosas que palparon diferentes necesidades y fueron favorecidos e inspirado para ir ayudando a sus hermanos. Destacado es sacerdote José Agustín Gómez Díaz, quien ve como suya las necesidades de su época, llamando y formando a Hermanas Religiosas para que vayan con él a mitigar el dolor de sus hermanos dolientes a lo largo de la Patria, comenzando por San Felipe, Santiago, San Carlos, Gorbea y Cauquenes, entre otras ciudades que van necesitando la ayuda de las Hermanas fundadas por él, para encargarse de aliviar al hermano necesitado, tanto en Hospitales, Hogares e internados de niñas, hogares de ancianos, clínicas y colegios etc. saboreando así el Reino que está en medio de nosotros, mediante en una Iglesia en salida (EG: 20-24) Papa Francisco instándonos a tomar el olor de oveja. Enriqueciendo de este modo al hermano que recibe el don de sentir amando”. Con mucho entusiasmo continúa: “Entonces para hacer el bien hemos sido creados, por tanto, Dios nuestro Señor nos está invitando a procurar el bienestar de nuestros hermanos cada día. Nuestra vida es fecunda cuando sirve la desnudes del hermano sufriente”.
Gratitud diaria
La Hna. Asunción, destaca: “Quiero agradecer a todas las instituciones que se sienten comprometidas con el Hogar y nos visitan y hacen llegar sus donaciones, nos apoyan con leña, pañales y alimentos no perecibles. Y muchas veces nos acompañan en las celebraciones litúrgicas, las que se han suspendido en este tiempo de pandemia y que a Dios pedimos pronto termine”.