Llegó octubre, el mes en que tradicionalmente, y ya por 40 años en nuestra Diócesis, celebramos el Sínodo, que no invita a hacer un alto en nuestro caminar, para detenernos a revisar, rememorar, y a observar el horizonte que nos aguarda en esta peregrinación. Sínodo que es una fiesta diocesana que convoca a todos los que hacemos parte de este Pueblo Santo de Dios que se esfuerza en seguir las huellas de Jesús en medio de nuestros campos y ciudades, en las capillas campesinas, de cordillera a mar, conformando comunidades que siguen animando la vida en nuestras poblaciones, en los colegios, en los movimientos.
La Pandemia que ha asolado al mundo entero y que tan fuertemente ha golpeado nuestras formas de movernos y relacionarnos, no será ocasión de frenar nuestra marcha sinodal, ni de dejar de escuchar al Espíritu Santo que nos guía, ni de agradecer al Padre por todos los gestos de ternura y compasión que ha tenido con nosotros en medio de la tribulación presente.
Hay un caminar, en que hemos dado pasos, y que habremos de seguir haciéndolo durante este tiempo de crisis y discernimiento que viene experimentando nuestra Iglesia y nuestra sociedad durante los últimos años y que habrá de quedar plasmado como una hoja de ruta en nuestras siguientes Orientaciones Diocesanas de la Pastoral, acercándonos al Centenario de nuestra Diócesis, que celebraremos el 2025.
En este marco se inscribe nuestro Sínodo: en los desafíos que la Evangelización en el tiempo presente y venidero propone a nuestras estructuras eclesiales, especialmente a las parroquias, por eso el gran tema que nos ocupará este y los siguientes Sínodos será: “La Parroquia al servicio de la Evangelización”.
Sin embargo, no podemos dejar de prestar atención al signo urgente por el que estamos transitando y que nos está interpelando en el presente. Por eso el tema particular del Cuadragésimo Sínodo Diocesano 2020, será: “Pandemia y Post-Pandemia: Experiencias, Desafíos y Proyecciones”.
Ante esta situación de dolor y muerte que estamos experimentando, el Señor una vez más se detiene delante nuestro, como lo hizo ante el hijo de la Viuda de Naím y nos vuelve a insistir con voz fuerte: “A ti te digo: levántate!” (Lc 7, 14). Éste será nuestro lema.
Procesos
Proponemos vivir un proceso, marcado por la modalidad virtual, asumida y aprendida en los últimos meses:
Octubre: Etapa Parroquial
Noviembre: Etapa Decanal
Diciembre: Etapa Diocesana